La loca del arándano
Érase una vez un comentario de Nefernati haciendo referencia a las bondades del arándano. Yo le venía teniendo ganas de consumirlo desde hace un tiempo y si a eso le sumamos virtudes para colaborar en la antioxidación de mi bella cáscara y en el aporte de lo necesario para que siga viendo bien y que encima se encargue de que mi santa sangre circule por sus cauces, qué más le podemos pedir a tan pequeñito frutito de la natura y por qué no habría de ingerirlo?
El otro día salí a su encuentro por mi adorado barrio chinuá y cada cosa que veía del mismo fruto me atrapaba la atención, así descubrí: mermeladas, tés, jugos, tintura madre. Hice acopio de 3 de ellos, descarté el té y comencé la ingesta desde hace 2 días. Acepto su sabiduría de color azulado!
Ahhh y también les dí lugar a las moras, frambuesas y frutillas, todas y cada una de ellas hacen ebullición en mi paladar cerebral. Aún esperan en góndolas, las próximas serán ustedes!!!